Algunas veces de niño , subido en los hombros de mi padre, pude notar que la mejor ubicación para la observación es desde lo alto (sobre todo si medía un poco menos de un metro).El panorama llega a ser más interesante a medida que nuestro punto de observación se va elevando.
Mirar el paisaje natural o creado por el hombre, desde lo alto, es una experiencia agradable; desde arriba los defectos se minimizan y hasta lo malo parece bueno .Será por eso que uno de los atractivos de muchas ciudades son los miradores.
A quien no le gustaría abrir la ventana de su dormitorio, sea de día o de noche y poder contemplar la ciudad en que vive desde lo alto , esta es una visual que no tiene precio , una ventaja que no se tiene en las viviendas situadas en el llano en que el paisaje muchas veces no es el deseado ; por ejemplo ahora abro la ventana del dormitorio y ¿Qué veo? una pared chorreada por la lluvia y atravesada por cables de todo tipo ( miro con especial atención el cable que da a la casa de mi vecino que sin verguenza alguna nos piratea la señal).Ante este panorama tan desalentador decido mejor cerrarla .
El privilegio de una visual agradable en muchas de nuestras ciudades, la tienen varias familias que asientan sus viviendas a veces de manera ilegal en las faldas de los cerros ;ellos pueden abrir su ventana (cuando la tienen) y por ejemplo ver el momento en que se mezclan las luces artificiales y la natural para iluminar la ciudad .............aunque, pensándolo bien ,quizás por las preocupaciones para satisfacer sus carencias, resultaría un lujo dedicarle unos minutos de su tiempo a contemplar el paisaje.