A lo largo de su historia la vivienda en el Perú ha sido producida desde diferentes sectores. Uno de ellos ha sido el sector Estatal. En esta oportunidad deseo compartir un trabajo de investigación —que he realizado de forma independiente y discontinua— acerca de un programa de viviendas de interés social concluido hacia 1967, en la ciudad de Chiclayo (Perú), el cual tuvo como actor principal al Estado. A través de la observación, descripción y comunicación de los principales hechos y componentes que formaron parte del proceso que dio origen a la urbanización residencial Diego Ferré pretendo contribuir a su comprensión y a la sistematización de esta pequeña parte de la información relativa a los programas de vivienda ejecutados desde el Estado en la ciudad de Chiclayo (Perú). El trabajo de investigación consta de cuatro partes. En la primera parte, con el propósito de entender el porqué de la construcción —desde el Estado— de una urbanización residencial con las características de la urbanización residencial Diego Ferré es que describo de forma breve cuáles eran las ideas principales que buscaban encontrar una solución al problema de la vivienda en el Perú durante los últimos años de la década de 1950 y gran parte de la década de 1960 —hasta el año 1968—. La segunda parte del trabajo de investigación corresponde a una descripción de hechos, características físicas y características demográficas de la ciudad, así como también, a una breve descripción de las disposiciones que se dieron desde el Gobierno y que tuvieron un impacto en la vida diaria de la ciudad de Chiclayo durante la época en estudio. Con ello pretendo que usted se haga una imagen del contexto local de la época que le permita situarse por un momento en aquel tiempo y en aquel espacio. La tercera parte de esta investigación comprende la descripción —a grandes rasgos— de la secuencia de hechos y de las características de los componentes que formaron parte del proceso que dio origen a este programa de vivienda de interés social. Reseño como es que se obtuvo el terreno. Las particularidades del sitio donde fue construido. También, detallo las características propias de la urbanización residencial Diego Ferré. Las características de su diseño urbano. Describo el espacio urbano y los espacios arquitectónicos de las casas que conforman la urbanización resaltando sus singularidades. Para finalizar, la cuarta parte de esta investigación reúne una reflexión final sobre el impacto que ha tenido en la ciudad la urbanización residencial construida —en específico el impacto en su entorno inmediato— y una valoración a grandes rasgos de lo que considero los aciertos y desaciertos del proyecto de diseño construido. Todo ello con el propósito de que —de algún modo— queden documentadas lo que vendrían a ser —según mi criterio— las lecciones aprendidas en este programa de viviendas de interés social ejecutado por el Estado en la ciudad de Chiclayo y quizá se puedan tener en cuenta —si se considera pertinente— en programas de vivienda futuros.
PRIMERA PARTE
Durante la época del segundo gobierno del presidente Manuel
Prado (1956 -1962) en el Perú coexistían dos posiciones de pensamiento
referidas a cómo enfrentar el problema originado por las barriadas. Calderón
(2016) explica que una de ellas era de oposición a las barriadas y era
defendida por los simpatizantes del urbanismo moderno. La otra posición era de
aprobación encubierta a las mismas y era defendida por los simpatizantes del
liberalismo pragmático. La primera de las posiciones era encarnada por Fernando Belaunde y la segunda por Pedro Beltrán. La
posición de Belaunde se afirmaba en una “propuesta de un crecimiento ordenado
de la ciudad, el respeto a la propiedad privada, la necesidad de desarrollar la
industria de la construcción y una política pública de vivienda construida”
(Calderón, 2016, p. 169). Por su parte la posición de Pedro Beltrán “consideraba
que no era el Estado a quien correspondía solucionar el problema de la
vivienda. Antes bien debía ser la iniciativa privada quien proporcionara la
solución y en el caso de los sectores populares, debería promoverse la entrega
de lotes sobre los cuales edificar” (Calderón, 2016, p. 169). Es así como con el correr de los años la
discusión entre estas posturas de
pensamiento —entre otras— referidas a las barriadas dan como resultado la Ley N°13517 que fue elaborada en la Casa
del Congreso y denominada “Ley Orgánica de Barrios Marginales y aumento del
Capital de la Corporación Nacional de la
Vivienda”. La ley fue promulgada por el presidente Manuel Prado y publicada el 14 de febrero de 1961 —luego se aprobaría
el Reglamento de la Ley N°13517, confeccionado por la Corporación Nacional de
la Vivienda, por Decreto Supremo N°23 del 21 de julio de 1961—. Es oportuno el mencionar que como señala
Collier (1978): “…esta ley no incluía los programas de Beltrán destinados a
incrementar el rol del sector privado en el desarrollo de la vivienda y
comprometía al gobierno, aún más ampliamente, en sus programas en las barriadas”
(p. 95). Asimismo, Calderón (2016) explica que esta ley revelaba un mayor
compromiso del Estado con los menos favorecidos al obligarse a construir las
Urbanizaciones Populares de Interés Social y a desempeñar el papel de impulsor
de la vivienda sobre la base del pensamiento del autodesarrollo y la autoconstrucción.
A la luz de los hechos se puede afirmar entonces que el
programa de actuación en materia de vivienda descrita —que regiría durante los
años siguientes— no surgió de la noche a
la mañana, sino que fue todo un proceso que se fue planificando por los actores
involucrados quienes a su vez representaban a sus propios intereses. Al
respecto Driant (1991) manifiesta:
Se van perfilando claramente las
“dos caras” de la política de vivienda: de un lado un mercado especulativo protegido
de la “invasión” popular y apoyado por un sistema financiero subvencionado (las
mutuales), y por otro el sustento legal a la apropiación de terrenos públicos
por parte de los sectores menos solventes de la población urbana. (p. 114-115)
Por su parte Calderón
(2016) citando a Riofrío expone:
Hacia 1961 se definió, por
primera vez en el Perú, una política de vivienda de mediano plazo. Esta
política acertadamente ha sido calificada por la investigación social y urbana
como de “dos caras” (Riofrío, 1978), pues si bien en términos reales se
estructuró en favor de los promotores inmobiliarios, las clases medias y las
altas; su retórica nunca dejó de
lado a los sectores populares quienes, inclusive, fueron prioridad. (P.190-191)
Como parte de este programa de actuación en materia de
vivienda el Instituto de la Vivienda
—creado por el presidente Manuel Prado por Decreto Supremo n°57 del 23 de
setiembre de 1960 “como un órgano del
poder ejecutivo encargado de formular y
realizar el programa general de la vivienda tanto urbana como rural”— instituyó
el Plan de Vivienda que comprendería el período 1962-1971 “… el cual bajo un espíritu
liberal, adjudicó un papel de primer orden a la inversión privada como modo de
resolver el problema habitacional. El Estado orientó subsidios hacia la clase
media a través del sistema mutual de crédito para vivienda,…” (Calderón, 2016,
p. 191).
Con relación a los sectores menos favorecidos la política de
vivienda tuvo como base la mencionada Ley N°13517, denominada “Ley Orgánica de
Barrios Marginales y aumento del Capital de la Corporación Nacional de la Vivienda”. Esta ley, según Calderón (2016)
nos explica:
Sentó las bases, aunque luego
ello no lograría materializarse, para el establecimiento de una relación
moderna entre el Estado y los pobladores, que redujera los componentes
clientelares y comprometiera al Estado en programas de acceso al suelo
ordenado, complementado con acciones de regularización y titulación. (p.193)
Es así como en los años iniciales de vigencia de esta
política de vivienda fundamentada en ideas liberales se proyecta una
diferenciación entre los estratos medios y los estratos populares. Asimismo, se
revela una falta de coherencia en las propuestas (Calderón, 2016).
El 18 de julio de 1962 se constituye la Junta de Gobierno —los
militares le dan golpe de Estado al presidente Manuel Prado— y se anula el
proceso electoral de 1962 —según se lee
en el Decreto Ley N° 14170— “por graves
delitos que por su número y extensión vulneran sustancialmente la totalidad del
Proceso Electoral realizado el presente año”. Dos días después la Junta de
Gobierno asume las atribuciones
legislativas y ejecutivas que confiere la Constitución del Estado de acuerdo al
Decreto Ley N°14167 del 20 de julio de 1962. Durante su período de gobierno (1962-1963)
por Decreto Ley N°14241 —del 20 de noviembre de 1962— se crea el Banco de la
Vivienda con el objeto principal de “promover la inversión de capitales
públicos y privados, nacionales y extranjeros en la financiación de viviendas
en el país” (Art.1). Asimismo, por Decreto Ley N° 14390 —del 31 de Enero de 1963— se
crea la Junta Nacional de la Vivienda con el “objeto de formular , planificar y
llevar a cabo los programas de vivienda de interés social en el país, en
armonía con la política de vivienda del Estado” (Art.1) .La Junta Nacional de
la Vivienda “se constituye en sucesora de la Corporación Nacional de la
Vivienda , creada por ley N°10722 y del Instituto de la Vivienda , creado por
Decreto Supremo del 23 de setiembre de 1960”(Art.1). También, es relevante
señalar que el 31 de enero de 1963 se da el Decreto Ley N°14391 que declara
de necesidad y utilidad pública, el establecimiento de urbanizaciones de
interés social que realicen la Junta Nacional de la Vivienda y el Banco de la Vivienda
del Perú. Además, el 27 de mayo de 1963 se da el Decreto Ley N°14497 que
dispone que la Junta Nacional de la Vivienda y el Banco de la Vivienda del Perú
, pueden tomar posesión de los inmuebles que adquieran tan pronto como se
produzca la consignación a que se refiere las leyes N°9125 y N°14391. En
la práctica —como lo manifiestan los estudiosos del problema de la vivienda en
el Perú— la Junta de Gobierno durante su mandato le dio continuidad al programa
de actuación en materia de vivienda que se venía dando durante el gobierno de Manuel
Prado.
El segundo domingo de Junio de 1963 —por decreto de la Junta
de Gobierno— se realizaron las elecciones generales donde resultó elegido
Fernando Belaunde Terry, quien asume funciones como presidente el 28 de julio
de 1963. Durante su gobierno el
presidente Belaunde realiza un cambio de dirección en lo que se venía haciendo
en materia de vivienda y se orienta hacia una política de vivienda construida
donde es el Estado quien construye la vivienda social. Este cambio en la
dirección en el programa de actuación en
materia de vivienda le originó críticas al presidente Belaunde en especial por
no apoyar la autoconstrucción y por no
fomentar una estructura de autoayuda en las barriadas. Al respecto Kahatt (2015)
explica que el presidente Belaunde se negó a aceptar que sea el Estado quien
debiera fomentar el diseño de urbanizaciones populares y menos aún intervenir
en la elaboración de propuestas de mejoras y de saneamiento de las barriadas. Belaunde
consideraba que se tenía el deber de asegurar la calidad de vida de los
habitantes desde la arquitectura y el urbanismo a través de la entrega de una
vivienda terminada. Por su parte Collier
(1978) nos dice al respecto:
Durante el gobierno de Belaunde,
las más importantes inversiones en viviendas tuvieron muy poca relación con las
necesidades de los sectores populares. En cambio se privilegió hermosos
proyectos para familias de clase media y media - alta. En parte, esta preferencia puede ser atribuida
a la naturaleza de la base de apoyo político de Belaunde que más procedía de
las clases media y media - alta que de los sectores populares. Es digno de
mencionarse que algunos de los habitantes de los tugurios, erradicados para
hacer posible la construcción del más notable de estos proyectos —San Felipe— fueron
reubicados en barriadas. (p.100)
También, es preciso referir que según Collier (1978) “el
programa de desarrollo de Belaunde estaba dirigido al Perú rural” (p.99). , donde
también gozaba de gran aceptación electoral. El presidente Belaunde creía en la
descentralización y pensaba que “los fondos empleados en las áreas urbanas para
mejorar las barriadas atraerían más migrantes a las ciudades, debilitando, en
esta forma, el efecto positivo de sus otros programas” (Collier, 1978, p.100).
Durante el gobierno del presidente Belaunde el trabajo de la
Junta Nacional de Vivienda —en adelante JNV— no fue el deseable para los estratos
menos favorecidos. Al revisar los reportes de resultados enviados por la JNV
para que se integren en los mensajes presidenciales de cada veintiocho de julio
se evidencia que el entusiasmo de los primeros años va decayendo de forma
progresiva hacia el fin del gobierno. Esto debido a que no podían cumplir con
sus objetivos.
En el primer año de gobierno (1963-1964) la nueva administración de
la JNV continuó la labor pendiente de las anteriores administraciones. Se
terminaron las obras en ejecución y aquellas obras que solo habían culminado su
primera etapa. Asimismo, se realizaron estudios para terminar las obras
incompletas. La nueva administración consiguió las “modificaciones necesarias a
los convenios vigentes” —entre ellas las obras del contrato Perú – BID por
ejemplo— y suscribió convenios con el Fondo de Jubilación Obrera y la Caja de
Pensiones del Empleado para encauzar “los recursos sociales a la inversión en
viviendas de las clases trabajadoras” (Presidente del Gobierno del Perú,1964,
p. 292). En el reporte de la JNV se
puede leer “nunca en el Perú se han emprendido simultáneamente en tal magnitud
programas de vivienda de interés social” (Presidente del Gobierno del Perú,
1964, p. 292). Asimismo, señala que la
JNV destina “gran parte de sus recursos y de su personal a la atención de los
barrios marginales de toda la República en los procesos de legalización,
remodelación y saneamiento” (Presidente del Gobierno del Perú, 1964, p. 293).
Además, indica que ya se habían culminado “los procesos de legalización en ciudades que como Chincha, Iquitos, Chiclayo
y Trujillo no habían sido atendidas anteriormente” (Presidente del Gobierno del
Perú, 1964, p. 293). La JNV elaboró —durante
los últimos meses de 1963 y los primeros de 1964— un Estudio del Mercado de
Vivienda que serviría de base para precisar los programas a realizar en los
próximos años los cuales permitirían la elaboración de “proyectos de grupos
habitacionales de diversa magnitud” con “énfasis a los programas de construcción departamentales” (Presidente
del Gobierno del Perú, 1964, p. 293). Asimismo,
preparó un Plan de Vivienda que abarcó 38 ciudades del país, el cual permitiría
dar continuidad a los programas que se
venían ejecutando y llegar a acuerdos de créditos internacionales que incrementarían
su capacidad operativa (Presidente del
Gobierno del Perú, 1964). La JNV contaba
con unidades de operaciones que se ubicaban en las ciudades de: Piura,
Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Lima, Ica, Arequipa, Mollendo, Ilo, Tacna, Huánuco,
Huancayo, Cuzco, Puno e Iquitos (Presidente del Gobierno del Perú, 1964). Las
inversiones de la JNV entre el 31 de julio de 1963 y el 30 de abril de 1964
ascendieron a S/.222´106,804.75 entre los fondos de la República, los fondos
del convenio Perú-BID y los créditos
para viviendas Perú- BID (Presidente del Gobierno del Perú, 1964). En el
segundo año de gobierno 1964-1965 las inversiones de la JNV —entre el 1 de mayo
de 1964 y el 30 de abril de 1965— ascendieron a S/.575´674,731.89 entre los
fondos de la República, los fondos del convenio
Perú-BID y los créditos para viviendas (Presidente del Gobierno del
Perú, 1967). En el tercer año de gobierno 1965-1966 la JNV continuó atendiendo el
problema de la vivienda. Ejecutó obras en diversas ciudades del país —entre ellas Talara, Piura,
Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Ranrahirca, Cochahuaín, Lima , Ica, Arequipa,
Mollendo, Ilo, Moquegua, Tacna, Puno, Juliaca, Cuzco, Huancayo, Huánuco e Iquitos—
en cooperación con el Fondo de Jubilación Obrera, la Caja de Pensiones del
Seguro Social del Empleado, el Banco de la Vivienda, las Asociaciones Mutuales
de crédito para vivienda ,el Banco Central hipotecario del Perú entre otras
instituciones (Presidente del Gobierno del Perú, 1966). Asimismo, promovió la ejecución de diferentes
obras a través de “empresas dedicadas a viviendas de interés social que se han
organizado al amparo de las amplias exoneraciones tributarias concedidas por el
Gobierno” (Presidente del Gobierno del Perú, 1966, p. 372). Además, la JNV fue concluyendo las obras que, se
iniciaron en administraciones anteriores
y que estaban ejecutándose o estuvieron inconclusas
durante varios años —son los casos del “programa financiado mediante contrato celebrado entre el Gobierno
Peruano y el Banco Interamericano de Desarrollo” (Presidente del Gobierno del
Perú, 1966, p. 372) y el de las Unidades
Vecinales de Lima —Matute, Mirones y Rímac— y Cuzco —Mariscal Gamarra—. Además, durante este
período se le dio mayor énfasis a las inversiones de programas provinciales (Presidente
del Gobierno del Perú, 1966). La JNV
realizó labores de construcción de viviendas, obras de saneamiento —la mayoría
de ellas ubicadas en barrios marginales—remodelación de lotes y expedición de
títulos provisorios en Lima, Chimbote, Tacna y Arequipa (Presidente del
Gobierno del Perú, 1966).Este fue el período en que más inversiones se realizaron.
Entre el 1 de mayo de 1965 y el 30 de abril de 1966 las inversiones ascendieron
a S/.779’ 260, 282.57 entre los fondos de la República, los fondos del
convenio Perú-BID y los créditos para
viviendas (Presidente del Gobierno del Perú, 1967). Durante el período 1966-1967 la JNV reportó que continuaba “atendiendo el problema de la Vivienda en el país
dentro del plan de desarrollo económico y social del Gobierno” (Presidente del Gobierno del Perú,
1967, p.406). Durante este período se comienza a evidenciar el desánimo que se
iba apoderando de la institución. En el reporte se puede leer: “En el curso del
último año, no obstante las restricciones presupuestales que han limitado
notablemente sus inversiones, se ha licitado obras por un total de S/.156´672,396.50,
correspondientes a los Departamentos de Lima, Trujillo, Loreto y Lambayeque” (Presidente
del Gobierno del Perú, 1967, p.409). Estas
obras comprendían obras de saneamiento y electrificación, obras comunales
y construcción de viviendas. Las
inversiones en este período ascienden a S/.506’ 004, 555.64. Es en este período
en el que la JNV comienza a ejecutar obras con fondos de otras entidades además
de las realizadas con los fondos de la República, con los fondos del convenio Perú
BID y con Créditos para viviendas (Presidente del Gobierno del Perú, 1967).Durante
el período 1967-1968 el desánimo que se apoderaba de la JNV se hizo más
evidente. En el reporte se puede leer:
La Junta Nacional de la Vivienda
, encargada por la Ley de su creación N°14390, de la ejecución del Plan
Nacional de Vivienda, ha continuado desarrollando su labor aun cuando
notoriamente restringida a causa de la escasez de los fondos puestos a su
disposición a través del Presupuesto Funcional de la República. (Presidente del
Gobierno del Perú, 1968, p.259)
En este período, con un personal especializado reducido al mínimo,
la JNV concluyó y entregó 1670 viviendas y 1,331 departamentos de la última
etapa del conjunto Residencial de San Felipe, estas obras nos dice el
informe “en su mayor parte corresponden
a programas cuyas obras de urbanización y construcción de las viviendas mismas,
le fueron encargadas por entidades que disponen de fondos de reserva para
asistencia social,…” (Presidente del Gobierno del Perú, 1968, p.259). Entre el 1 de mayo de 1967 y el 31 de marzo
de 1968 las inversiones ascendieron a S/. 247´368,979.00 las cuales comprendían
fondos pertenecientes a la JNV y los obtenidos para el “financiamiento de
programas por cuenta ajena” (Presidente del Gobierno del Perú, 1968, p.261). El
párrafo final del reporte —correspondiente a este período— revela el grado de
desánimo e insatisfacción que se vivía en la JNV. Nótese el énfasis que se pone
en el carácter técnico de la institución. En el reporte se puede leer:
Parece innecesario insistir en la
urgencia de dotar a esta Entidad del sub Sector Público Independiente , de los
fondos necesarios para cumplir con la función de asistencia social ,eminentemente
técnica que le asigna la ley , en cuanto a la legalización , saneamiento y
remodelación de los llamados Barrios Marginales, y a la construcción de viviendas
de interés social para los grupos de población más necesitados , pues de otro
modo, dicha entidad, o cualquiera otra que tenga a su cargo función tan
importante en el desarrollo socio económico de la Nación, estará materialmente
imposibilitada para ejecutar los programas ya estudiados y los nuevos que por
iniciativa parlamentaria o propia decisión de los organismos técnicos de la
Junta, se considere que reúnen los requisitos de prioridad y urgencia para su
ejecución. Los exiguos fondos asignados a la Junta Nacional de Vivienda a
través del Presupuesto Funcional de la Republica para el año de 1968, obligarán
a esta entidad a limitarse a complementar programas ya iniciados en ejercicios anteriores,
dentro de sus posibilidades de Caja. (Presidente
del Gobierno del Perú, 1968, p.265)
A continuación presento algunos de los comentarios de estudiosos de la
vivienda referida al trabajo de la JNV y del papel que esta desempeñó durante
el gobierno del presidente Belaunde. Collier (1978) manifiesta:
A fines de la década del 60, la
JNV era odiada en las barriadas, gracias al notorio contraste entre las
expectativas estimuladas por la ley 13517 y el fracaso de esta institución para
desarrollar, como se había planeado, el programa de urbanizaciones populares y
para remodelar y legalizar las barriadas existentes.(p.101)
Por su parte, Calderón (2016) refiere:
“El pobre desempeño de la JNV entre 1963-1968 obedeció a razones de decisión
política y de los costos que involucraba el modelo planteado por la ley” (p.260).
Asimismo, Kahatt (2015) nos dice: “…, la JNV se convirtió en uno de sus
principales puntos de apoyo para materializar las ideas urbanas de Belaunde en
proyectos de vivienda…De este modo, la JNV se convertía en una extensión
política del gobierno” (p.205). El problema que se evidenciaba era que la
materialización de las ideas urbanas del presidente Belaunde descuidaba a los
grupos de la población que estaban más necesitados de encontrar una solución a su problema de vivienda. Sin
embargo, es preciso mencionar que esta oposición inicial del presidente
Belaunde al programa de actuación en materia de vivienda —es decir, a la idea de
promover urbanizaciones populares y a la autoconstrucción— cambio parcialmente
cuando acepta la idea para la realización del concurso de PREVI a cargo de Peter Land —que
trabajaba en el Banco de la Vivienda— quien le propone, en 1966, al presidente
Belaunde “un proyecto de planificación y construcción de un nuevo barrio que
pusiera en práctica los principios de baja altura y alta densidad” (Land, 2015,
p.35-36). Respecto a este planteamiento Kahatt (2015) explica:
Así se planteó conjugar en una
obra de grandes dimensiones un experimento de vivienda que incluyera lo
aprendido en los lotes-y-servicios, pero que superara ampliamente las
limitaciones cotidianas de pobreza y escasez absoluta de insumos. De esta
forma, quedarse en la base de un cerco perimetral o de una ordenación de lotes
quedaba fuera de las expectativas del arquitecto- presidente. En cambio, se
pensaba proponer una unidad vecinal para ser terminada por los habitantes; en
otras palabras, una obra-abierta colectiva materializada en el PREVI. (p.209)
Como un dato adicional el concurso para el nuevo barrio “se inició el 10 de febrero de 1969” y “el
proyecto fue construido y terminado en 1973 bajo el nuevo gobierno,
esencialmente tal como había sido formulado” (Land, 2015, p.36-37).
Un último hecho que considero importante referir —en esta
breve descripción acerca del debate en
materia de vivienda que se produjo durante esa época— es acerca del escrito que
en 1966 realizó Jhon Turner (2018) —en base a su experiencia laboral en Perú— donde
sometió a discusión una hipótesis que sostenía que “los fracasos de las
políticas y los programas de vivienda popular
—y también de control del crecimiento urbano— son parcialmente debidos a
la mala interpretación de la naturaleza de la vivienda” (p.79). En su escrito
Jhon Turner sostiene que “la realidad del lugar habitacional reside en sus
atributos tal y como son percibidos y experimentados, y no en sus formas o
condiciones materiales” (p. 79). Turner
(2018), concluye:
El problema de la vivienda, a
diferencia de problemas económicos como el empleo y la distribución de la
riqueza, es un problema ligado al uso adecuado de los recursos disponibles para
la construcción, y no se soluciona forzando todos los recursos indiscriminadamente
para la producción del máximo número de viviendas que cumplan los estándares
modernos. (p. 79)
La conclusión de este escrito revela pues una crítica
evidente a lo que se venía haciendo en el Perú en materia de vivienda durante
el gobierno del presidente Belaunde donde predominó la valoración cuantitativa
de la vivienda lo que Turner (2018) consideraba un error, ya que la meta que se
establecía se hacía inaccesible y en consecuencia perjudicial. Turner (2018)
sostenía que se debía hacer una valoración cualitativa de la vivienda. Era
crítico con los proyectos que se usaban desde el Estado para solucionar el problema de la vivienda,
ya que al no adaptarse a los factores o circunstancias que afectaban la vida de
los usuarios futuros propendían a recrudecer los inconvenientes de orden
social, económico y político en lugar de solucionarlos.
SEGUNDA PARTE
Hacia el año 1961, la ciudad de Chiclayo —como capital del
departamento de Lambayeque— contaba con
una población de 95,667 habitantes. Era la cuarta ciudad más poblada del
Perú (INEI, 1996). Según Pastor (1967) en esa época el proceso de urbanización y
de vivienda iba adquiriendo una mayor importancia en varias ciudades del país.
Una de ellas era la ciudad de Chiclayo. Conforme a los datos del censo de
vivienda de 1961 Chiclayo —como ciudad— tenía una tasa de crecimiento de 4.998 % y la
magnitud de su población era de 76,790 habitantes —esta información se elaboró en
base a la población que el día del censo habitaba “viviendas familiares”. Asimismo,
el número total de casas independientes y de departamentos en edificio era de
11,367 unidades. De las cuales 5,685 no tenían servicios y 2,054 contaban solo
con electricidad. Además, el número total de casas de vecindad era de 2,055 de
las cuales 972 estaban hacinadas. Por
otro lado, la población que habitaba en estas casas de vecindad era de 8,936
personas de las cuales 6,065 vivía en
condiciones de hacinamiento. El promedio familiar —calculado en base a estos
datos del censo de 1961— era de 5.9 personas por vivienda. Dos años después —hacia 1963— las condiciones de la ciudad variaron en
especial en lo referido al acceso a servicios. Al respecto Collin (1984) manifiesta:
El recuento de la Junta de la
Vivienda de 1963 establece que hay en la ciudad 11,105 habitaciones y 2,700
locales comerciales… del total, 3,000 son habitables, 2,300 son de material
noble pero en estado deplorable, y 5,600 en las barriadas. 5,200 viviendas
tienen agua corriente y 6,200 electricidad. (p. 369)
Considero importante el señalar que entre 1963 y 1968 la
extensión de las superficies construidas de la ciudad de Chiclayo varió de 550
hectáreas —en 1963— a 880 hectáreas —en 1968 (Collin, 1984). En cinco años la
ciudad aumentó su superficie construida
en un 62.5 %. Al respecto Collin (1984) explica:
…el gran despegue de la
construcción se debió a la creación de la Junta de la Vivienda en 1963 cuyos
efectos se hacen sentir a partir de 1965. Su acción se ejerce en dos dominios.
Por una parte, la construcción de casas independientes o grupos de dos a seis
viviendas para la clase media, con un crédito asegurado por el Banco de la
Vivienda y la Caja de ahorros: son las urbanizaciones o nuevos barrios
planificados al oeste de la ciudad. Por otra parte, la viabilización de los barrios
obreros populares con fondos prácticamente perdidos de las Naciones Unidas, de
la Alianza (O.E.A.) (sic) y del gobierno peruano que hace desde 1963 un gran
esfuerzo , aquí como en todas las grandes ciudades de la Costa. (p.368)
Entre julio de 1963 y abril de 1964 se encontraban en ejecución, en la ciudad de Chiclayo, programas
de viviendas en las urbanizaciones Bolognesi, Quiñones y San Carlos. Estos
programas—que fueron iniciadas por administraciones de la JNV anteriores al
gobierno del presidente Belaunde— fueron financiados por el convenio Perú-BID y se fueron terminando progresivamente en los
años siguientes (Presidente del
Gobierno del Perú, 1964). Entre el 1 de mayo de1967 y el 31 de marzo de 1968 se concluían en Chiclayo obras de urbanización y vivienda en las urbanizaciones
Pascual Saco Lanfranco y Diego Ferré (Presidente
del Gobierno del Perú, 1968).En el contexto comercial, hacia 1965, Chiclayo poseía “el mayor número de
empresas mayoristas y de transporte caminero de todo el norte” (Collin, 1984, p.361).
Por otro lado, considero oportuno el mencionar que desde el Gobierno se dieron
algunas disposiciones que influyeron en la vida cotidiana de la ciudad. En
principio, el 23 de julio de 1965 se establecía por Resolución Suprema N°271
los sueldos y salarios mínimo vitales en
el departamento de Lambayeque. Estos estaban referidos a “…las Ramas de Industria, Comercio, Banca,
Crédito y Seguros, Transportes, Servicios, Minería y Ocupaciones Conexas, y
Pesquería y ocupaciones conexas”. De manera increíble esta resolución
establecía una diferenciación entre los sueldos y salarios mínimos de la
provincia de Chiclayo con los del resto de provincias del departamento. Para la
provincia de Chiclayo se establecía un sueldo mínimo para “Empleados hombres y
mujeres de S/. 950.00” y un salario diario mínimo para los “Obreros, hombres y
mujeres de S/.26.00”. Para las demás provincias del departamento de Lambayeque
se establecía un sueldo mínimo para “Empleados hombres y mujeres de S/. 800.00”
y un salario diario mínimo para los “Obreros,
hombres y mujeres de S/.23.00”. Para hacernos una idea de la equivalencia con
el valor de la moneda actual del mayor de los montos —que corresponde al sueldo de empleados
de la provincia de Chiclayo— este es mucho menor a S/ 0.01 céntimo de Sol
actual, redondeando el monto equivale a cero con un millonésimo de Sol. Asimismo,
al año siguiente, el 11 de febrero de 1966 por Ley N°16064 se transfiere a las
municipalidades de Chiclayo y Pimentel, la partida de S/. 1´000,000.00 para la
construcción de una autopista entre estos dos distritos. También, el 12 de
julio de 1966 por Ley N° 16205 se creó
la Corporación de Fomento y Desarrollo Social y Económico del departamento de
Lambayeque —en adelante la CFDSEDL— cuya principal atribución era “planificar y
ejecutar la promoción y desarrollo social y económico del departamento de
Lambayeque” (Art.3), para ello, debían formular un plan de desarrollo que tenía
como uno de sus objetivos básicos un “Programa de Saneamiento Ambiental
referido a estudios y costos de agua y desagüe para las ciudades del Departamento,
así como a Planes de Vivienda e instalación de nuevos centros poblados y
servicios afines” (Art.4). Durante el segundo semestre de 1966, la CFDSEDL realizó
una inversión de S/. 13´285,167.20 destinada en forma básica a obras ejecutadas
“en la Sectorial de Saneamiento (60%) y Sectorial de Construcciones Urbanas
(38%)” (Presidente del Gobierno del Perú, 1967, p.433). Entre las más importantes ejecuciones tenemos:
Obras viales como la “Construcción de la Carretera Santa Rosa - Monsefú - Eten”
(Presidente del Gobierno del Perú, 1967, p.433). Obras de Irrigación en donde destaca entre
otras el “Estudio de Mejoramiento de riegos en los Valles: La Leche [y] Zaña”,
así como también, la “Perforación de Pozos en Zonas Rurales” (Presidente del
Gobierno del Perú, 1967, p.433). Obras eléctricas como el “Estudio de la
electrificación del Departamento” y el “Tendido de Redes de Baja Tensión en los
Barrios Marginales de Chiclayo” (Presidente del Gobierno del Perú, 1967,
p.433). Obras sanitarias entre las que destaca la “Instalación de redes de agua
y desagüe en los Barrios Marginales: Zamora y San Martín de la ciudad de
Chiclayo” (Presidente del Gobierno del Perú, 1967, p.433). Obras de Desarrollo Urbano como la
“Construcción del Mercado de Abastos de Lambayeque… Construcción del Mercado
Moshoqueque en Chiclayo; Construcción del Mercado de Chiclayo” (Presidente del
Gobierno del Perú, 1967, p.434). Para el
año 1967 la Corporación contaba con proyectos de inversión en estudios y obras
de los sectores “Irrigación y Fomento
Agropecuario”, “Industrias”, “Transporte”, “Saneamiento”, “Construcciones Urbanas”
y “Energía” (Presidente del Gobierno del Perú, 1967, p.434). Para finalizar considero
importante el mencionar que el 20 de
junio de 1967 se da la Ley N°16594 “Declarando de necesidad y utilidad pública
la Remodelación, Saneamiento y Legalización del Barrio Marginal “El Porvenir”
de la Provincia de Chiclayo…” (Art.1). Estas eran pues algunas características
que presentaba la ciudad de Chiclayo y sus alrededores en la época en la que se
construyó la Urbanización Residencial
Diego Ferré cuyas características detallaremos a continuación en la tercera
parte de este trabajo de investigación.
TERCERA PARTE
El conocimiento con el que cuento acerca de la urbanización
residencial Diego Ferré de Chiclayo (Perú) ha ido variando a lo largo del
tiempo. En un inicio era un conocimiento superficial fruto de lo que percibía al circular como peatón por las vías perimetrales
de la urbanización. Ahora, el conocimiento es un poquito más extenso y un
poquito más profundo producto de la observación y el análisis realizado —para
este trabajo de investigación— de los espacios urbanos y de los espacios
arquitectónicos que la conforman. Durante las visitas que he tenido oportunidad de
realizar a la urbanización he podido identificar algunos rasgos que me parecían
haberlos visto antes en el Proyecto Experimental de Vivienda (PREVI) en Lima. Es
oportuno referir aquí que la urbanización residencial Diego Ferré se construyó unos
años antes que se convocara al concurso del PREVI que —como mencioné en la primera parte
de esta investigación— fue el 10 de febrero de 1969. Por ello, con la finalidad
de hacer evidentes los rasgos identificados —según mí criterio— como similares entre ambos
proyectos decidí seguir en esta tercera parte del trabajo de investigación — y en la medida de que me sea
posible— el esquema de contenido desarrollado por Peter Land —el año 2015— para
presentar la información de su publicación acerca del Proyecto Experimental de
Vivienda (PREVI) en Lima. El contenido de esta tercera parte del trabajo de
investigación quedó entonces estructurado de la siguiente manera: en primer lugar,
iniciaré con la ubicación de la urbanización residencial Diego Ferré. En
segundo lugar, desarrollaré los aspectos referidos a la organización del
proyecto. Estos comprenden el sitio, la propiedad y los costos de la casa, la
singularidad del proyecto, los vehículos y estacionamientos, la tecnología de
construcción y la construcción de las casas. En tercer lugar, desarrollaré los
aspectos referidos al diseño urbano. Estos incluyen la urbanización construida
donde se tratará la organización de las casas, de las agrupaciones y de los
accesos. También, incluye el espacio urbano donde se verán las zonas
recreativas y de estar y el carácter espacial urbano. Asimismo, comprende al
diseño urbano donde se verá la forma de las casas y agrupaciones. Desarrollaré
aquí la forma de casas, la forma de las
agrupaciones y las formas de las plazas. Además, se verán las calles peatonales, plazas y jardines.
Desarrollaré aquí las calles peatonales
de acceso, las calles peatonales interiores, las plazas y los jardines. En cuarto
lugar, desarrollaré los aspectos referidos al agrupamiento y características de las casas.
Se verá el agrupamiento de las casas, su planificación, los planos de la casa, el
concepto de la casa, las unidades construidas, el diseño de la casa, los
tamaños de las casas, la arquitectura como arte, las características especiales
de las casas , el sistema estructural , todo ello complementado con imágenes
exteriores e interiores de la urbanización residencial Diego Ferré. Veamos a
continuación el desarrollo.
URBANIZACIÓN RESIDENCIAL DIEGO FERRÉ DE CHICLAYO
La urbanización residencial Diego Ferré se ubica al noroeste
del Perú en el distrito de Chiclayo,
provincia de Chiclayo y departamento de Lambayeque. La ciudad de Chiclayo tiene las
siguientes coordenadas geográficas: latitud sur
6°46´22,00´´ y longitud oeste 79°50´13,00´´ (IGN). Como se puede ver en la
imagen aérea de la Figura 1 la urbanización se encuentra ocupando la parte
oeste de una manzana ubicada hacia el
suroeste del centro de la ciudad.
Figura 1
Ubicación de la urbanización residencial Diego Ferré.
ORGANIZACIÓN DEL
PROYECTO.
EL SITIO. La urbanización
residencial Diego Ferré se proyectó dentro de un terreno ubicado al sur oeste
del centro de la ciudad. Exterior y contiguo al denominado “Chiclayo Cuadrado”
—que es el área de la ciudad delimitada por las avenidas Pedro Ruiz, Sáenz Peña,
Francisco Bolognesi y Santiago Luis Gonzáles, lo denominan cuadrado, pero la verdad es que no tiene esa
forma geométrica. El terreno de la urbanización se encuentra comprendido dentro
de los siguientes linderos: por el oeste linda con la avenida Santiago Luis
Gonzáles. Por el norte linda con la avenida Francisco Bolognesi. También, unos
años después, con el conjunto edificado para el Seguro Social del Empleado, inaugurado
—como se puede leer en su placa
recordatoria— el 27 de mayo de 1972. Por el sur linda con la calle Junín y por
el este linda con propiedad de la
familia Vásquez Vasallo —es probable que también lindó con propiedad de la familia
Vasallo Pestalardi. El área total del terreno es —de forma aproximada— de 12,188.14
m2. Para alcanzar esta área se tuvieron que realizar, en el año 1965, algunas
expropiaciones de terrenos a solicitud de la Junta Nacional de la Vivienda al
amparo de la Ley N°14391. La primera expropiación se decreta por Resolución
Suprema N°9 - F del 1 de febrero de 1965. El terreno expropiado comprendía un
área de 1,255 m2 y era de propiedad de la familia Vásquez Vasallo. La segunda expropiación
se decreta por Resolución Suprema N°79 - F del 27 de agosto de 1965. El terreno
expropiado comprendía un área de 9,229.80 m2 y era de propiedad de Hermann
Zoeger Sch. Sucesores —una parte del terreno de esta última expropiación, de
forma aproximada unos 1,691m2, se usaría para la construcción del conjunto del
Seguro Social del Empleado— ambos terrenos pasaron a ser propiedad de la Junta
Nacional de la Vivienda tal como lo estipulaba el Decreto Ley N°14497 del 27 de
mayo de 1963. De lo
anterior se deduce que la JNV era propietaria ,antes de las expropiaciones, de
unos 3,394 m2 del total del terreno.
Según el mapa de peligros elaborado por INDECI – PNUD (2003) la zona donde se
ubica el terreno se caracteriza por la existencia de inundaciones temporales. Asimismo, por ser una zona conformada por suelos que no se
expanden y que tienen posibilidad de presentar licuación. El peligro de la zona
fue calificado como alto. En la figura 2 se puede observar la ubicación del terreno con relación al
centro de la ciudad. Una distancia relativamente corta.Son solo ocho cuadras las
que separan al terreno del centro de la ciudad.Alrededor de unos quince minutos
caminando a una velocidad promedio de un metro por segundo.
Figura 2
El sitio.
PROPIEDAD Y COSTOS DE LA CASA. Las
obras de la urbanización residencial Diego Ferré fueron ejecutadas desde la
Junta Nacional de la Vivienda con el financiamiento de la Caja de Pensiones del
Seguro Social del Empleado —El monto del financiamiento ascendió a
12´000,000.00 de soles (Osterling, 1981). La ejecución comprendió las obras de
urbanización y la construcción de 78 viviendas (Presidente del Gobierno del
Perú, 1968). Las viviendas construidas estaban dirigidas a la clase media —como
se vio en la primera parte de esta investigación esa era la idea del presidente
Belaunde— de forma especial para empleados que realizaban contribuciones al
Seguro Social del Empleado. El Programa de Viviendas de Interés Social ofrecía casas
de diferente costo. Este costo variaba en atención a su posición dentro de la
urbanización y al tamaño de la casa. De acuerdo a los cálculos que he realizado
en base al monto del financiamiento, el costo de las casas de 95.48 m2 construidas
en lotes de terreno de 78 m2 —estas eran las casas más pequeñas ubicadas hacia
el interior de la urbanización— pudo ser de forma aproximada de 124,662.00
soles.
El Proyecto de Ley de
la Caja de Pensiones del Seguro Social del Empleado —entidad que financió el
programa— fue promulgado por Decreto Supremo del 11 de julio de 1962 y su
contenido se adicionó a la Ley N° 13724 Ley del Seguro Social del Empleado
—dada el 18 de noviembre de 1961. A continuación presento algunos datos que
considero relevantes de esta Ley que nos permitirán entender y hacernos una
idea más clara de la manera en que se podían adquirir las casas construidas con
el financiamiento de esta Caja. La Caja de Pensiones del Seguro Social del Empleado
a través de su fondo de reserva realizaba inversiones a largo plazo. Una de
estas inversiones era en “préstamos con garantía hipotecaria a los asegurados y
en la adquisición o construcción de viviendas para ser vendidas a los
beneficiarios de esta Ley” (Art.91° b). Una parte del patrimonio de la Caja de Pensiones
estaba constituido por las contribuciones de los asegurados y de los
empleadores. (Art.84° a). La
contribución de los asegurables era — hasta diciembre de 1964— del 3% de los
sueldos. Quizá, esta contribución fue incrementada hacia 1966 a 4.5% de los
sueldos (Art.85). La contribución era dividida de la siguiente manera 2/3 de la
contribución a cargo del empleador y un tercio de la contribución a cargo del
empleado (Art.87). En el caso de que el sueldo del asegurado sea un monto menor
al “sueldo mínimo asegurable”, el empleador se hacía cargo de la totalidad de
la contribución (Art.88). Entre los principales requisitos que debían cumplir
los asegurados para acceder un préstamo hipotecario se tenían los siguientes: En
primer lugar, la cantidad máxima que podía ser prestada al asegurado estaba
establecida en tablas —formuladas por la Caja de Pensiones— según el monto del
sueldo del asegurado, “tomando como base que las amortizaciones de capital e
intereses no deben sobrepasar el 40 % del sueldo o sueldos que el empleado
disfrute y por los cuales paga cotización” (Art.94 a). En segundo lugar, el préstamo no debía ser
mayor “al 85 % del valor comercial del inmueble dado en garantía,…” (Art.94b). En
tercer lugar, el plazo máximo del
prestamos era de 20 años, “y deberá cubrirse mediante pagos mensuales que
comprendan los intereses devengados y abonos a cuenta de amortización de
capital;” (Art.94c). En cuarto
lugar, el interés no debía ser mayor “del 9% anual de
los saldos insolutos [no pagados]” (Art.94 d). Además, estaba establecido que los
préstamos hipotecarios se debían dedicar a los finalidades que a continuación
se detallan: “I) adquisición de terrenos en los que deberá construirse la
vivienda del asegurado”; II) adquisición o construcción de casa-habitación para
el asegurado; III) mejoras o reparaciones de las mismas; IV) Redención de
gravámenes que soporten tales inmuebles” (Art.94 f) Asimismo, la venta de la
vivienda a los asegurados podía hacerse en dos modalidades. A través de una
“venta a plazo con garantía hipotecaria” o a través de una venta “con reserva
de la propiedad” (Art.94g).
SINGULARIDAD
DEL PROYECTO. En este punto debo señalar dos rasgos que hicieron
singular al proyecto de la urbanización residencial Diego Ferré. El primero es que
estuvo conformado por casas independientes de baja altura en una urbanización con
una densidad alta. En un inicio su densidad neta aproximada era de 705.88 hab.
/ ha y su densidad bruta aproximada era de
386.78 hab. / ha. El segundo es que la urbanización fue y es en esencia una
urbanización peatonal. Ninguna vía vehicular la atraviesa en su totalidad. Los
autos solo ingresan hasta las bahías o bolsas de estacionamiento. Pienso que estos
dos rasgos mencionados —y que hacen singular al proyecto de la urbanización
residencial Diego Ferré— son compartidos en esencia con el Proyecto Experimental
de Vivienda (PREVI). Asimismo, considero que es oportuno el mencionar que en la
época en que se ejecutó el proyecto de la urbanización residencial Diego Ferré este
era el único proyecto de este tipo desarrollado por la Junta Nacional de la Vivienda
en Chiclayo.
VEHICULOS Y ESTACIONAMIENTO. La
urbanización residencial Diego Ferré limita con dos vías principales de la
ciudad —la avenida Francisco Bolognesi y la avenida Santiago Luis Gonzales— esto
permite a los residentes un acceso rápido al servicio de transporte privado y al transporte público de la ciudad. El
conjunto cuenta con dos bahías —o bolsas— de estacionamiento con acceso desde
cada una de las vías perimetrales principales. Estas bahías de estacionamiento
se encuentran ubicadas al costado de las plazas norte y sur de la urbanización.
El índice de estacionamiento es en forma aproximada de una plaza por cada tres casas
de la urbanización. No se distingue bahías —o bolsas— de estacionamientos para
visitantes. Son plazas de estacionamientos abiertas y no permiten su
crecimiento progresivo. En la actualidad su capacidad está totalmente rebasada.
Lo que se evidencia en el uso que se hace de las vías de acceso como
estacionamiento.
TECNOLOGÍA DE CONSTRUCCIÓN. En
la construcción de la urbanización se utilizaron materiales disponibles en el
mercado de la época. De forma general eran materiales cuyo proceso de
producción originaba el consumo de grandes cantidades de energía como lo son los procesos de producción del ladrillo, del acero, del cemento, etc. A la luz del
tiempo transcurrido se evidencia que la tecnología constructiva empleada
permitió —y aún permite— que las casas resistan las diferentes intensidades de los
fenómenos sísmicos que afectaron la ciudad. Es preciso el mencionar que la
manera en que se utilizó la tecnología constructiva de la época contribuyó a
enriquecer la propuesta espacial de la urbanización residencial Diego Ferré.
CONSTRUCCIÓN DE LAS CASAS. La
ejecución de la obra se inició el año 1966 cuando la Junta Nacional de la Vivienda
comienza a utilizar fondos de otras
entidades en sus inversiones (Presidente del Gobierno del Perú, 1967,
p.407). Para la construcción de las
viviendas se utilizó un sistema estructural plano ya conocido en la época. Es
decir, el proyecto no trajo consigo algún tipo de innovación en materia
constructiva.
DISEÑO URBANO. La propuesta de diseño urbano comprendió el
planteamiento en la urbanización de la distribución de las casas, la
distribución de los espacios urbanos, la distribución de las bahías o bolsas de
estacionamiento y el diseño de los pavimentos.
LA
URBANIZACIÓN CONSTRUIDA.
Organización
de las casas, de las agrupaciones y de
los accesos. La urbanización residencial
Diego Ferré —construida en una sola etapa— consta de setenta y ocho casas de
dos pisos organizadas en siete agrupaciones, manzanas o bloques las cuales se encuentran
contenidas dentro de tres tramas de diseño como se puede ver en la Figura 3. La
primera trama —hacia el norte— está alineada con la avenida Francisco
Bolognesi y contiene cuatro agrupaciones
de casas. La segunda trama —hacia el oeste— está alineada con la avenida Santiago
Luis Gonzales y contiene dos agrupaciones de casas. Por último, la tercera
trama —hacia el este— está alineada con la propiedad de la familia Vásquez
Vasallo y contiene una agrupación de casas. La urbanización presenta tres
accesos exclusivos para peatones de los cuales dos se ubican en la avenida
Bolognesi —hacia el norte— y uno se ubica en la calle Junín —hacia el sur que en
la actualidad está tapiado. Asimismo, presenta dos grupos de accesos que son a
la vez peatonales y vehiculares. Los peatonales se ubican a los costados de los
vehiculares —uno de los accesos peatonales en cada ingreso están en la
actualidad bloqueados por improvisadas casetas de vigilancia. Los accesos
vehiculares conducen hacia las bahías o bolsas de estacionamiento. Las calles
peatonales son continuas y conducen hacia las casas, se integran entre si y en
algunos casos desembocan en los espacios urbanos. Por el contrario, las calles
vehiculares son ciegas, es decir, solo son de utilidad para acceder a las
bahías de estacionamiento. En la urbanización es posible distinguir como la circulación
principal a la circulación que se inicia en la avenida Santiago Luis Gonzales y
conduce —de oeste a este— hacia la plaza sur. Como elementos urbanos en la
urbanización se pueden identificar calles peatonales, plazas con bancas,
jardines, etc. Con relación a las plazas una de ellas es irregular —la de mayor
dimensión— y otra regular con tendencia ortogonal —la de menor dimensión. Las
plazas comparten dos características. La primera, es que se conectan de forma
directa con las calles perimetrales a través
de calles peatonales y la segunda,
es que se encuentran contiguas a las bahías o bolsas de estacionamiento. Una
observación adicional respecto a la urbanización construida es que me da la
impresión que en su planteamiento se contempló
la posibilidad de un crecimiento futuro de la urbanización hacia el este.
Esto se evidenciaría en algunos gráficos
que presentan unas líneas segmentadas hacia esa zona. El futuro crecimiento se
hubiera dado —vía expropiaciones— mediante la proyección hacia el sur de la
calle Cornelio Miranda y mediante la proyección hacia el este de la calle
peatonal Melchor Sevilla.
Figura 3
Accesos y tramas de diseño de la urbanización construida.
Fuente: ver código FF3.
ESPACIO
URBANO.
Zonas
recreativas y de estar. Las zonas recreativas y de estar de la
urbanización residencial Diego Ferré están conformadas por las plazas, por las bancas y por los jardines públicos.
Carácter
espacial urbano. Comprende el entorno público de la urbanización
residencial que se contrapone al entorno
privado de dentro de la casa. Con relación al entorno público está conformado
por calles perimetrales desde donde se accede a las calles peatonales que
conducen a su vez a los jardines y a las plazas. Percibo que las dimensiones de
todos estos espacios urbanos mantienen una relación armónica con las medidas y
proporciones del cuerpo humano. Por otro lado, con relación al entorno privado este
está conformado por los patios —extendidos y contenidos— de las casas. Ambos
entornos componen un conjunto integrado de llenos y vacíos que forma parte del
tejido físico de la ciudad de Chiclayo.
DISEÑO
URBANO.
Forma
de casas y agrupaciones. Las
formas de las casas, las formas de las agrupaciones y las formas de las plazas
de la urbanización residencial Diego Ferré se sintetizan en los siguientes esquemas.
Formas de casas: Tal y como lo muestra la Figura 4 las casas de la
urbanización están construidas en lotes rectangulares. De forma general la
dimensión del frente del lote es constante. En cambio, la dimensión de la
profundidad del lote es variable. Las casas cuentan con dos patios. El patio
social—más amplio— es del tipo extendido. El de servicio —más pequeño— es del
tipo contenido.
Figura 4
Forma de la casa.
Fuente: ver código FF4.
Formas de agrupaciones:
Figura 5
Forma de agrupaciones.
Fuente: ver código FF5.
Como se puede apreciar en la Figura 5 las casas
construidas en la urbanización residencial Diego Ferré presentan las siguientes
formas de agrupación. Uno: escalonada en una fila combinando dos tamaños
de lote. Dos: pares en una fila con remate de lotes girado a noventa grados en
uno de los extremos de la fila. Tres: una fila combinando dos tamaños de lote con remate de lotes
girado a noventa grados en uno de los extremos de la fila. Cuatro: una fila con
remates de lotes girados noventa grados a ambos extremos de la fila. Cinco: pares
en una fila combinando dos tamaños de lote. Seis: una fila. Al comparar estas
formas de agrupación con las formas de agrupación que unos años después se
utilizaron en las casas del barrio PREVI se puede ver algunas similitudes. Las
casas construidas, al noreste del barrio PREVI, por Christopher Alexander de
Estados Unidos y las casas construidas
por Charles Correa de la India, al noroeste del barrio PREVI, tienen en esencia
la misma forma de agrupación que la forma de agrupación uno de la urbanización residencial
Diego Ferré. También, las casas construidas, al norte del barrio PREVI, por el
Atelier 5 de Suiza y las casas construidas por Luis Vier y Consuelo Zanelli de
Vier de Perú, al suroeste del barrio PREVI, presentan similitudes con la forma
de agrupación dos de la urbanización residencial Diego Ferré. Asimismo, las
casas construidas, en el centro del barrio PREVI, por Toivo Korhonen de
Finlandia y las casas construidas por Carlos Morales Machiavello y Alfredo
Montagne de Perú, al norte del barrio PREVI, tienen la misma forma de
agrupación que la forma de agrupación cinco de la urbanización residencial
Diego Ferré . Además, las casas construidas por Kiyonari Kikutaki, Noriaki
Kurokawa y Fumihiko Maki de Japón, al norte del barrio PREVI, tienen idéntica forma de agrupación que la agrupación número seis de la urbanización
residencial Diego Ferré. Esta es pues otra de las similitudes que se evidencian
al comparar los dos proyectos construidos.
Formas de plazas:
Figura 6
Forma de plazas.
Fuente: ver código FF6.
Como se puede ver en la Figura 6
las plazas de la urbanización residencial Diego ferré presentan las siguientes
formas: A la izquierda de la imagen se puede ver que a la plaza norte la
limitan cuatro pasajes peatonales que se cruzan de forma
aproximada a noventa grados. Su forma es regular. A la derecha de la imagen se
puede ver que a la plaza sur la limitan cuatro pasajes que se cruzan a angulos
no ortogonales. Su forma es irregular.
Calles peatonales y plazas. La información referida a las calles
peatonales de la urbanización residencial Diego Ferré la he organizado en dos
grupos: en primer lugar, las calles peatonales de acceso. En segundo lugar, las
calles peatonales interiores.
Calles peatonales de acceso
.Tal y como se puede apreciar en la Figura 7 las calles peatonales
de acceso a la urbanización residencial Diego Ferré son tres. Inicio la
descripción de izquierda a derecha. En primer lugar, la calle peatonal de acceso ubicada al norte —
permitía el acceso desde la avenida Francisco Bolognesi. Esta situada entre dos
agrupaciones de casas —en la actualidad se encuentra enrejada. Conducía hacia la plaza norte. En segundo
lugar, la calle peatonal de acceso ubicada al norte entre los volúmenes del
conjunto del Seguro Social del Empleado —en la actualidad se encuentra
enrejada. Para finalizar, las última
imágen muestra el tapiado de la calle
peatonal de acceso a la urbanización ubicada hacia el sur —permitía el acceso
desde la calle Junín. Esta calle peatonal esta situada entre dos agrupaciones
de casas y conducía hacia la plaza sur.
Figura
7
Calles
peatonales de acceso.
Fuente: ver código FF7.
Calles peatonales interiores.En la Figura 8 se pueden
ver las calles peatonales interiores de la urbanización residencial Diego
Ferré. Inicio la descripción de izquierda a derecha. En principio, las
dos primeras imágenes nos muestran —con diferentes posiciones de acercamiento— la calle peatonal interior ubicada al este.
Esta calle es tangente a la plaza sur y remata
en una pequeña área de jardín. A continuación, las dos imágenes finales
muestran la calle peatonal interior ubicada al norte —la primera imagen nos
muestra la vista de este a oeste y la segunda imagen nos muestra la vista de
oeste a este— esta calle peartonal es tangente a la plaza norte. Considero que
es el espacio urbano mas logrado por el diseñador. Al recorrerlo, desde el
oeste hacia el este, nos brinda la posibilidad
de experimentar al salir de la calle peatonal y encontrar la plaza norte lo que
Frank Lloyd Wright denominaba como la ruta del descubrimiento. Esta calle
peatonal esta situada también, entre dos agrupaciones de casas. Siendo las
casas que se ubican hacia el norte las casas de menor profundidad de la
urbanización.
Figura
8
Calles
peatonales interiores.
Fuente: ver código FF8.
Plazas y jardines.
Plazas. La urbanización residencial Diego Ferré cuenta con
dos plazas las cuales están destinadas a la recreación pública. En este caso de forma especial a la recreación pasiva. Una de
las plazas se encuentra ubicada hacia el norte y la otra hacia el sur. La plaza
que se encuentra ubicada hacia el norte es regular. Por el contrario, la que se
ubica hacia el sur es irregular.
Figura 9
Plaza sur.
Fuente: ver código FF9.
En la Figura 9 se puede ver —de izquierda a derecha— la
vista aérea y la vista parcial de la plaza irregular ubicada hacia el sur de la
urbanización. Se pueden apreciar las bancas con tres apoyos —algunas de las
cuales se conservan en la actualidad— y las áreas de jardines propuestas en su
interior. En la plaza predomina el pavimento, pero está rodeada de jardines que
acompañan el acceso a las casas. Considero que la plaza sur por su posición,
por su tamaño y por su forma es la de mayor jerarquía de la urbanización. Por
posición, pues se ubica en la intersección de las tres tramas de diseño actuando
como un elemento articulador que integra
al conjunto. Además, la plaza está
delimitada por los frentes de tres agrupaciones de casas .Por tamaño, puesto
que es la de mayor dimensión. Por forma, ya que se destaca por su forma
irregular dentro de un conjunto donde predominan las formas regulares. En la
actualidad, de forma general, la plaza sur conserva sus características
originales como se puede ver en la Figura 10.
Figura 10
Plaza sur estado actual.
Fuente: ver código FF10.
En la Figura 11 se puede ver —de izquierda a derecha— la vista
aérea y la vista panorámica de la plaza regular ubicada hacia el norte de la
urbanización. Se pueden apreciar las actuales áreas de jardines propuestas en
su interior. La plaza está rodeada de áreas de jardines —enrejadas en la
actualidad— que acompañan el acceso a las casas. Considero que la plaza norte
por su posición, por su tamaño y por su forma es la de menor jerarquía de la
urbanización. Por posición, pues se encuentra ubicada dentro de la trama de
diseño alineada con la avenida Francisco Bolognesi —trama 1—. Además, la plaza
está delimitada por los frentes de solo dos agrupaciones de casas. Por tamaño,
puesto que es la de menor dimensión. Por forma, ya que su forma regular se
integra al conjunto donde predominan las
formas regulares.
Figura 11
Plaza norte.
Fuente: ver código FF11.
Jardines. La urbanización residencial Diego Ferré cuenta con
áreas de jardines que acompañan los accesos a la urbanización y los accesos a
las casas. Además, cuenta con áreas de jardín que por sus características se
diferencian de las anteriores. En este punto me referiré a estas últimas. Estas
áreas de jardines son dos. La primera se ubica hacia el este y la segunda hacia
el oeste.
En la Figura 12 se puede ver —de izquierda a derecha— la vista
aérea y la vista desde el oeste hacia el este del área de jardín que se ubica
como remate de la calle peatonal Melchor Sevilla. Esta área de jardín se ubica
entre dos agrupaciones de vivienda. Una agrupación le da parte de uno de
sus frentes y la otra agrupación le da
su cara lateral —aunque esta cara lateral en la actualidad ha sido objeto de
una subdivisión. Una característica de esta área de jardín es que se convierte
en un elemento urbano que articula dos tramas de diseño. La trama uno alineada
con la avenida Francisco Bolognesi y la trama tres alineada con la propiedad de
la familia Vásquez Vasallo. Pienso que esta área de jardín de alguna manera
evidenciaría la intención de plantear desde la Junta Nacional de la Vivienda una
futura segunda etapa de la urbanización. Haciendo una comparación con lo que se
acostumbra a hacer en la construcción esta área de jardín sería una de las
mechas de acero que se dejan sobre las losas aligeradas para en el futuro
continuar con el empalme del acero y el posterior llenado de columnas para la construcción de un
segundo nivel.
Figura 12
Jardín Este.
Fuente: ver código FF12.
En la Figura 13 se puede ver —de
izquierda a derecha— la vista aérea y la vista panorámica desde el suroeste
hacia el noreste del área de jardín que se ubica adyacente a la calle peatonal
Manuel Quezada. Esta área de jardín se ubica entre dos agrupaciones de
vivienda. Una agrupación le da parte de uno de sus frentes y la otra agrupación
le da su cara lateral. Se puede apreciar en las imágenes la evolución de esta área. En un inicio se
aprecia —en la vista aérea— el acceso a una gruta y ahora este espacio se ha
delimitado a manera de oratorio. Al fondo de la imagen panorámica —en un
segundo plano— se puede apreciar uno de los accesos peatonales al norte de la
urbanización y el volumen menor del conjunto del Seguro Social del Empleado. Una
característica de esta área de jardín —al igual que en el caso anterior— es que
se convierte en un elemento urbano que articula dos tramas de diseño. La trama uno
alineada con la avenida Francisco Bolognesi y la trama dos alineada con la
avenida Santiago Luis Gonzáles.
Figura 13
Jardín Oeste.
AGRUPAMIENTO Y CARACTERÍSTICAS
DE LAS CASAS.
AGRUPAMIENTO DE LAS CASAS.
Figura 14
Agrupamiento de las casas.
PLANIFICACIÓN. La
urbanización residencial Diego Ferré está conformada por 78 casas distribuidas
en 7 agrupaciones como se puede ver en la Figura 14. Las agrupaciones más
grandes son dos y tienen dieciséis casas cada una. La agrupación más pequeña
solo está conformada por cuatro casas. Las otras cuatro agrupaciones
tienen trece, doce, diez y siete casas
cada una. Los ingresos a las casas fueron planteadas desde avenidas o calles
peatonales. Veintiocho casas dan hacia
las vías perimetrales —Francisco Bolognesi, Santiago Luis Gonzales y Junín. De
las cuales doce casas fueron planteadas con puerta de acceso desde las calles
perimetrales —seis hacia la avenida Francisco Bolognesi y seis hacia la avenida
Santiago Luis Gonzales. También, cuatro
casas tienen una cara lateral hacia las vías perimetrales —una hacia la
avenida Francisco Bolognesi, dos hacia la avenida Santiago Luis Gonzales y una
hacia la calle Junín. Asimismo, trece casas tienen su elevación posterior hacia
una calle perimetral—todas hacia la calle Junín. Llama la atención que a estas
últimas casas, a pesar de tener su elevación posterior hacia una vía, no se le
haya podido generar algún tipo de relación con esta teniendo en cuenta que es
el lado de la urbanización más expuesta a su entorno. Ninguna casa tiene su
ingreso desde la calle Junín. A nivel general los lados más largos del lote son
perpendiculares a las calles o avenidas.
PLANOS
DE LA CASA.
Figura 15
Distribución de la casa.
Fuente: ver código
FF15.
CONCEPTO
DE LA CASA. Como se puede ver en la Figura 15 las casas se desarrollan
en lotes alargados y en dos niveles. Las casas están organizadas en tres zonas: una zona social, una zona de
servicio —ambas en el primer nivel— y una zona íntima —en el segundo nivel. Estas
zonas se articulan desde un espacio de distribución. Las casas cuentan con dos
patios uno extendido hacia la zona social y uno contenido en la zona de
servicio. Las variaciones en la longitud del lote son ajustadas con variaciones
en la distribución, pero manteniendo el concepto de la casa. Tal como se vio en
la primera parte de este trabajo de investigación el presidente Belaunde
pensaba que se debía entregar a los habitantes una vivienda terminada para de
esta manera garantizar las calidad de vida de los habitantes (Kahatt, 2015). Por ello, en el
diseño de la distribución espacial de las casas de la urbanización no se
consideró el criterio de expansión.
UNIDADES
CONSTRUIDAS. En la urbanización residencial Diego Ferré se construyeron
78 unidades de casa habitación. A continuación veremos el desarrollo de sus
principales características.
DISEÑO
DE LA CASA. En la urbanización residencial Diego Ferré se construyeron
casas con dos tipos de distribución de ambientes que en esencia es la misma. Una
distribución de ambientes es el reflejo de la otra. Esto se logró por medio de la
colocación equilibrada de los componentes
equivalentes de las casas en torno a un eje de simetría que ambas comparten.
Este eje de simetría —según sea el caso—
se ubica en el eje estructural de uno de los muros medianeros de la casa. Estos
dos tipos de distribuciones de ambientes
se van alternando a lo largo de cada una de las agrupaciones de las casas. A
cada casa —según su ubicación— se accede desde una avenida o desde una calle
peatonal interior. Como se puede ver en la Figura 15 la casa está dividida en
dos niveles. En el primer nivel el acceso —a través de un pequeño pasillo—
conduce al baño de visita y a un espacio de distribución. Este espacio de
distribución permite acceder a las diferentes zonas de las casa de manera
independiente, es decir, sin cruce de circulaciones. En el primer nivel desde
el espacio de distribución se accede, a la zona social —conformada por sala,
comedor y patio extendido—, a la zona de servicio —conformada por cocina,
patio-lavandería, cuarto de servicio y baño de servicio— y a la escalera que
conduce al espacio de distribución del segundo nivel donde se ubica la zona
intima. Este espacio de distribución —en el segundo nivel— permite el acceso a
los 3 dormitorios —dos de ellos con closet— y a un pequeño pasillo que conduce
a un baño completo. Todos los ambientes de la casa ventilan e iluminan de forma
natural con excepción de la escalera que
tiende a ser un espacio oscuro. La ventilación e iluminación de los ambientes es
a través de los patios y la fachada. El baño de visita en el primer nivel y el
baño completo en el segundo nivel ventilan e iluminan desde la calle peatonal o la avenida. El baño de servicio ventila e
ilumina desde el patio extendido o desde la calle —Junín— según la ubicación de
la casa. La cocina y el cuarto de servicio ventilan e iluminan desde el patio
de servicio. Los ambientes interiores de la zona social ventilan e iluminan
desde la avenida o calle peatonal y desde el patio extendido —es la única zona
de la casa que cuenta con ventilación cruzada a través de la ventana de la sala
y la mampara del comedor. Los dormitorios en el segundo nivel ventilan e iluminan
desde la avenida o calle peatonal o desde los aires del patio de servicio y el
patio extendido. Llama la atención que estos dos tipos de distribución —que
como ya mencione en esencia es la misma— se hayan utilizado en nueve
orientaciones diferentes como se puede ver en la Figura 15. Esto evidencia que
el criterio de soleamiento no fue determinante en el diseño de la distribución
de ambientes de la casa y menos aún en el planteamiento de la distribución de
las agrupaciones en la urbanización.
TAMAÑOS
DE LAS CASAS. En la urbanización residencial Diego Ferré se
construyeron diferentes tamaños de casas, pero todas presentaban las mismas distribuciones
de ambientes con pequeños ajustes según su ubicación en el terreno de la
urbanización. La dimensión de la longitud de las casas fue variable y estuvo
comprendida —de forma aproximada— entre los trece metros y los dieciséis metros de largo. La dimensión de los frentes
de forma general fue constante y fue de alrededor de seis metros a eje de muro medianero.
Del total de casas construidas solo se construyeron tres unidades de las casas
más pequeñas.
ARQUITECTURA
COMO ARTE. En la obra construida se evidencia la aplicación de
criterios estéticos, funcionales y técnicos. Me enfocaré aquí en el desarrollo
de los criterios estéticos. Mirando de manera detenida la forma específica de
la casa puedo identificar características visuales, las cuales se relacionan
entre si componiendo su cualidad estética. La casa y el conjunto presentan un
contorno geométrico rectilíneo. Es una composición racional, donde el
predominio de los ángulos rectos aporta a la claridad y a la uniformidad visual
la cual es enriquecida con la diversidad de tamaños de los vanos rectilíneos
que evitan la monotonía visual del proyecto construido. La forma de los vanos
responde a las necesidades específicas de cada espacio de la casa. No hay vanos
iguales en espacios que cumplen funciones diferentes como se puede ver en la
Figura 16. Al ver la casa y la forma en
que los vanos fueron dispuestos en los elementos que delimitan cada espacio se me
vino a la mente el recuerdo de la primera de las siete invariantes de la
arquitectura moderna que Bruno Zevi (1999) propugnó y a la que denominó como
“el catalogo como metodología del proyecto”. Esta invariante la definió como “el principio genético del lenguaje
moderno” (p.21). Pienso que es útil aquí recordar lo que el arquitecto italiano
nos dice respecto a esta invariante. De forma especial lo que nos dice respecto
a las ventanas. Zevi (1999) manifiesta:
Cada ventana es una palabra que
tiene validez por sí misma, por lo que dice, por aquello para lo cual sirve; no
hay que situarla en línea, no hay que proporcionarla. Puede adoptar cualquier
forma: rectangular, cuadrada, circular, elíptica, triangular. Ser compuesta,
tener un perfil libre…No hay razón para uniformar las ventanas, anulando su
especificidad; al sustraerlas del imperio clasicista se conseguirá que, cuánto
más diversas sean, más eficaces resulten, porque se convertirán en vehículos de
mensajes plurales. (p.22)
Figura 16
Vanos de las casas.
Fuente: ver código FF16.
A partir de lo que veo en la
casa y lo que leo en el ensayo de
Zevi puedo inferir entonces que de algún
modo y de forma específica en la disposición de los vanos de las casas de la urbanización residencial
Diego Ferré el diseñador quizá de manera adelantada —pues el ensayo de Zevi “El lenguaje moderno
de la arquitectura. Guía al código anteclásico” correspondía junto con otros
dos ensayos a los años 1973 - 1974— o quizá
no, aplicó la primera de las invariantes de la arquitectura moderna
establecidas por Bruno Zevi —muy interesante—. Siguiendo con la descripción de
la cualidad estética de la casa tenemos que el elemento primario que predomina
en su forma es el volumen. Le sigue el plano el cual define el volumen espacial
del área semipública de ingreso a la casa. Como se puede ver en la Figura 16 desde
el exterior la casa se percibe como una dualidad conformada por un sólido y un
vacío. En lo referido al color en su exterior predomina la luminosidad y el brillo
del color blanco que sirve como fondo para el desarrollo de las actividades de
las personas en los espacios públicos destacando los valores medios y
oscuros de la vegetación y el mobiliario urbano. La casa se ve proporcionada
en sus dimensiones. Cada elemento tiene relación con el todo dentro de la
composición. Ningún elemento se ve demasiado pequeño o demasiado grande. Las casas
presentan escala humana. Sus elementos —puertas, ventanas, desniveles, escaleras,
etc. — están adecuados a los requerimientos dimensionales de alcance, distancia
o movimiento de las personas. La zona social de la casa —sala y comedor— presenta un equilibrio
simétrico que enfatiza los extremos
del eje de simetría al ubicar los vanos de la mampara que da al patio extendido
y de la ventana que da al exterior de la
casa. En el exterior la fachada de la vivienda es asimétrica, pero al
combinarse con la fachada de la casa vecina la composición se convierte en simétrica. Todos los elementos de la fachada
comparten formas ortogonales lo que le da armonía al conjunto. Asimismo, los diferentes
tamaños de las formas introducen cierta variedad a la composición. La repetición
de las casas a lo largo de una trayectoria lineal le confiere a la composición
un ritmo interesante. Las estructuras de la fachada crean un ritmo natural así
como el tamaño y la forma de los elementos individuales fortalece la naturaleza
de la secuencia rítmica. En la composición se percibe de forma predominante un
ritmo vertical marcado por las estructuras y un ritmo estratificado marcado por
el sólido y el vacío. El vacío en la fachada que delimita el ingreso a la casa
se constituye en el elemento dominante de la composición es el elemento con mayor
énfasis visual que capta nuestra atención al cortar la continuidad del patrón de
la composición. Los materiales de las diferentes superficies de la casa son
percibidos por nuestros sentidos de la vista y el tacto los cuales se entrelazan con sus texturas. Entre los más característicos tenemos:
la veta de la madera en las escaleras y el parqué, la textura real y la
textura visual generada por los
materiales en paredes y pisos, las
superficies suaves y brillantes de la mayólica blanca de pequeño formato —muy
linda por cierto— en los espacios expuestos al agua y la humedad. Con relación al
color se emplearon valores de color con alto grado de luminosidad en el
techo y paredes. Por el contrario,
colores con tendencia a la oscuridad en los pisos. Estos colores sirvieron como
fondo al mobiliario de cada uno de los espacios de la casa. En resumen
considero que las casas construidas en la urbanización residencial Diego Ferré tiene
un buen diseño. Los espacios permiten desarrollar con comodidad las actividades
propias de cada ambiente. Es una casa económica que sigue vigente, a pesar del
tiempo transcurrido. Me gusta mucho su aspecto y estoy seguro que tiene un
significado diferente y especial para cada una de las 78 familias de la primera
generación que se establecieron en ellas en los inicios de la urbanización
residencial.
CARACTERÍSTICAS
ESPECIALES. En este punto deseo destacar tres características que
aprecio del diseño de la casa y que considero especiales. En primer lugar, el pequeño
espacio semipúblico ubicado antes del ingreso a la casa como se puede ver en la
Figura 17. La propuesta espacial nos regala un espacio de
transición —a nivel— entre lo público de la calle y lo privado de la casa. Este
espacio no interrumpe el flujo de la circulación peatonal. Es un espacio que protege —según sea el caso—
del sol, del viento o de la lluvia mientras se esta a la espera de interactuar con los habitantes de la casa. Es
un espacio que lo percibo confortable desde el punto de vista térmico sobretodo
en los días calurosos. Pienso que sería muy bueno para la ciudad y su población
si este tipo de propuestas espaciales son utilizadas con mayor frecuencia en el
diseño arquitectónico pues revela un acto de desprendimiento y generosidad con
la ciudad al compartir una pequeña porción del área del lote que bien pudo ser
exclusivo de la casa. Puedo ver con entusiasmo que algunas de las casas aun conservan el espacio tal y como fue
concebido. Muchas otras lo han transformado por que no se adaptó en el tiempo a
sus cambiantes necesidades.
Figura 17
Espacios intermedios.
Fuente: ver código
FF17.
En segundo
lugar, aprecio varias de las características de los baños de la casa. En
principio, la ubicación del baño de visita —o medio baño— al pie de la entrada
lo cual permite la realización de la actividad de aseo parcial al entrar o
salir de casa —pienso que su ubicación ha sido y es de mucha utilidad sobre todo
durante la época de pandemia donde pudo ser utilizado como un espacio de
desinfección. Asimismo, otra característica que aprecio de los baños y que
considero especial es que son ventilados de manera natural sin utilizar los
insanos ductos de ventilación. En la casa las ventanas de los baños dan de
forma directa hacia la avenida, hacia la calle peatonal o hacia un patio según la
ubicación de la casa —algo que considero muy importante, aunque algunos
profesionales de la arquitectura piensan que no es lo adecuado porque les
“malogra la fachada”. Las ventanas de los baños —se podría decir— se han
convertido en uno de los elementos de la casa que no han sufrido mayor modificación
respecto a su ubicación y se han convertido en un rasgo distintivo de las casas
de la urbanización residencial Diego Ferré como se puede ver en la Figura 18. Para
finalizar, otra característica referida a los baños, en forma específica al
baño del segundo nivel, es que en su distribución cuenta con un espacio para un
bidé —bidet en francés— que es un aparato sanitario muy útil que permite la
higiene íntima de las personas —de forma lamentable cada vez más en desuso en
las propuestas actuales de distribución de baños completos de las casas.
Figura 18
Vanos de los
baños como elementos característicos de las casas y de la urbanización.
Por último,
una característica que deseo destacar del diseño de la casa y por la cual tengo un especial aprecio es la manera en que
se usó la carpintería metálica en combinación con el vidrio crudo para el cerramiento
de los vanos de mamparas y ventanas. Las hojas de la carpintería metálica se abren de diversas
maneras como se puede ver en la Figura 19. Me llamó mucho la atención el uso
ventanas con hojas proyectantes que abren a manera de toldo en la zona de servicio. Un rasgo especial e
inconfundible de la casa es la pequeña mampara batiente abalconada del dormitorio
principal que mira hacia el exterior de la casa —la avenida o la calle
peatonal. Esta presenta una barandilla de carpintería metálica a modo de
balcón. Es una pena que por motivos de seguridad —según manifiestan los
propietarios— varias casas ya no cuenten con este detalle. Este mismo concepto de
mampara abalconada fue utilizado años después en las viviendas construidas al
sur este del barrio PREVI por el equipo francés —conformado por: George Candilis, Alexis Josic y Shadrach Woods—
con la única diferencia que la puerta era de una hoja y no tenía barandilla
sino una malla metálica anclada a las paredes. Esta es pues otra similitud
—aunque pequeña— con el barrio PREVI.
Figura 19
Carpintería metálica.
SISTEMA
ESTRUCTURAL. Se utilizó un sistema estructural plano conformado por
muros de carga y losas. Los muros de carga transmiten las fuerzas de compresión a la
cimentación y se complementan con muros transversales como refuerzos de los
muros de carga. Es preciso mencionar y recordar que los muros de carga son
medianeros.
IMÁGENES
EXTERIORES.
Figura 20
Imágenes
exteriores de las casas.
A
la izquierda de la Figura 20 se puede apreciar —en los inicios de la
urbanización residencial Diego Ferré— la vista exterior de parte de una
agrupación de casas con frente al estacionamiento adyacente a la plaza sur. A
la derecha de la Figura 20 se puede apreciar la vista exterior actual de
tres casas perimetrales ubicadas en la avenida
Francisco Bolognesi que aún conservan la mayor parte del diseño original de la
casa.
Figura 21
Imágenes
panorámicas exteriores de las casas ubicadas en las avenidas y la calle
perimétrica.
Fuente: ver código
FF21.
En la parte
superior de la Figura 21 se puede apreciar la imagen exterior de las casas que se
ubican con frente hacia la avenida Santiago Luis Gonzales la cual recorre la
ciudad de sur a norte. También, se puede apreciar hacia el extremo sur el ingreso principal a la urbanización que es a
la vez peatonal y vehicular. Este ingreso en la actualidad esta enrejado. Hacia
el norte se puede apreciar la torre del conjunto construido para el Seguro
Social del Empleado. En la parte central de la Figura 21 se puede apreciar la
imagen exterior de las casas que se ubican con frente hacia la Avenida
Francisco Bolognesi la cual recorre la ciudad de oeste a este. También, se
puede apreciar hacia el extremo este
el ingreso que es a la vez
peatonal y vehicular en la actualidad enrejado. Asimismo, en la parte
central y entre los volúmenes del
conjunto construido para el Seguro Social del Empleado se pueden apreciar los ingresos a las calles peatonales que en la actualidad se encuentran enrejados.
En la parte inferior de la Figura 21 se puede apreciar la imagen exterior de la
parte posterior de las casas —en su estado actual— que se ubican con frente
hacia la calle Junín la cual recorre la ciudad de oeste a este. Se puede
apreciar el estado de descuido del espacio urbano y hacia el este el ingreso
peatonal tapiado.
IMÁGENES
INTERIORES.
Figura 22
Imágenes interiores de las casas.
Fuente: ver código
FF22.
A la
izquierda de la Figura 21 —arriba y abajo— se puede ver el espacio interior de
la zona social de dos casas que comparten un muro medianero. Este es el único
espacio en las casas que presentan como una de sus características la simetría.
A continuación, al centro y a la derecha de la parte superior de la Figura 21 se
pueden ver dos imágenes interiores de cada una de las escaleras que conducen a los respectivos segundos
niveles de las casas. Se puede ver que una escalera se ha modificado con un
cerramiento en su parte inferior. Por el contrario, en la otra se mantiene el
diseño original donde se puede apreciar la forma curva del fondo de la
escalera. Ambas escaleras conservan los
pasos y contrapasos originales en madera. Asimismo, se puede apreciar el
pasamano que aún conserva el diseño original. Los pisos del espacio de
distribución en ambos casos han sido modificados. En la parte inferior derecha
de la Figura 21 se puede apreciar la llegada de la escalera hacia el espacio de
distribución en el segundo nivel de una de las casas. Obsérvese los ingresos a
los dormitorios y el pasillo que conduce al baño. El pasamano de la escalera se
convierte en la baranda del pasillo lo que le da continuidad al diseño.
Al finalizar esta breve descripción de la secuencia de
hechos y de las características de los componentes que formaron parte del
proceso que dio origen a este programa de vivienda de interés social —que
comprende la tercera parte del trabajo de investigación— es posible determinar
que se han evidenciado algunos rasgos similares entre la urbanización
residencial Diego Ferré (Chiclayo-Perú) y el barrio PREVI (Lima-Perú). Entre los
más importantes puedo mencionar las siguientes: la urbanización y el barrio se
caracterizan por ser —en su origen— barrios de alta densidad y de baja altura. Un
segundo rasgo de similitud entre la urbanización y el barrio es que ambos se
caracterizan por ser en esencia barrios peatonales. También, es posible afirmar
que la urbanización y el barrio tienen en común al menos cuatro formas de
agrupamiento de casas y además, se ha evidenciado la similitud en el uso de la
mampara abalconada en uno de los dormitorios del segundo nivel de las casas construidas al sur
este del barrio PREVI — por el equipo francés— y las casas de la urbanización
residencial Diego Ferré. Por otro lado, las mayores diferencias —según mi
criterio— entre la urbanización y el barrio están determinadas en primer lugar,
porque el proyecto de la urbanización no trajo
consigo algún tipo de innovación en materia constructiva y en segundo lugar,
por los tipos de casas ofrecidas. La urbanización ofrecía casas terminadas y el
barrio ofrecía casas con crecimiento progresivo.
CUARTA PARTE
En esta parte final del trabajo
de investigación considero que es oportuno el reflexionar y hacer una
valoración de este programa de vivienda de interés social planificado y
ejecutado desde la Junta Nacional de la Vivienda en la ciudad de Chiclayo. En
primer lugar, queda claro que el proyecto construido es el reflejo del
pensamiento del presidente Belaunde sobre todo en lo referido a la “propuesta de un crecimiento ordenado de la
ciudad” y a “una política pública de
vivienda construida” (Calderón, 2016, p. 169). Pienso que un desacierto de
este programa —desde el punto de vista social y económico— fue el tener como
beneficiarios a empleados en el lugar de obreros o personas de menores recursos
económicos teniendo en cuenta sobre todo la buena localización en la ciudad de
Chiclayo de la urbanización residencial Diego Ferré y la existencia de varios
miles de personas que vivían hacinadas en casas de vecindad como referí en la
segunda parte de esta investigación. Es decir, en mi opinión debió ser un
barrio de obreros, o de migrantes o de personas de bajos recursos económicos en
lugar de ser un barrio de empleados. John Turner (2018) de manera empírica y
provisional propone —en 1966— “tres funciones esenciales que cualquier
alojamiento debe satisfacer con el fin de convertirse en una realidad externa:
cobijo, seguridad y localización” (p.80).Turner (2018) sostiene que estas
funciones esenciales van variando en el orden de prioridad según va variando a
su vez el nivel de ingresos económicos de las familias. Como la modernidad de
la casa —el cobijo— y la propiedad del suelo —la seguridad— ya estaban
garantizadas por la política pública de vivienda construida impulsada por el presidente
Belaunde me detendré en la función de localización. Tal y como explica Turner
(2018) para una familia muy pobre cuyos ingresos son bajos lo más importante es
vivir en un sitio que permita un fácil acceso a su lugar de trabajo, a sus
redes de soporte —familia, parientes o amigos—, a donde se venda comida asequible,
a equipamientos, etc. Así pues la localización de la casa se convierte en un
factor importante o esencial —según el
nivel de ingreso— para subsistir y así
poder generar algo de ahorro para pagar el alquiler, la cuota de un préstamo o los
materiales para ser usados en el crecimiento progresivo de la casa. Por el contrario,
un empleado tiene mayores ingresos y la posibilidad de gastar dinero en
movilizarse ya sea en movilidad propia o pública para acceder a los mismos
lugares. Está claro que los aportes de un obrero no son iguales en monto
económico a los de un empleado, esto pudo tener influencia en el programa de
ambientes de la casa o en el modo de
financiar el proyecto. Quizá la casa pudo tener una menor área construida en
favor de una mayor área libre —al suprimirse por ejemplo el cuarto y baño de
servicio al no estar una familia obrera en posibilidades de pagar a una persona
para que se haga cargo del servicio doméstico— o mejor aún pudo plantearse una
casa con crecimiento progresivo en la que las familias beneficiarias puedan —de acuerdo a sus posibilidades
económicas — hacerla crecer y adaptarla en el tiempo a su gusto y a sus nuevas
necesidades. Si la urbanización residencial Diego Ferré hubiera sido una
urbanización para obreros o personas de menores recursos económicos se hubiera
podido reducir el número de plazas para autos en las bahías o bolsas de
estacionamiento, ya que un obrero por lo general no contaba con movilidad
propia. Así pues se hubieran podido sumar un mayor porcentaje de áreas verdes o
quizá un par de casas más o algún tipo equipamiento comunal tan necesario en la
ciudad. En síntesis si un terreno —que pertenece al Estado— tiene una buena
localización le será de mayor beneficio a una persona que percibe menores
ingresos económicos que a un empleado. Pienso que se debió dar la ayuda a quien
más la necesitaba. En términos médicos se debió priorizar la emergencia antes
que la urgencia.
En segundo lugar, deseo
reflexionar sobre el impacto que ha tenido en la ciudad de Chiclayo (Perú) la
parte sur del diseño de la urbanización residencial
Diego Ferré desde el punto de vista de la integración física y social con su
barrio vecino San Francisco —un barrio en su origen marginal y que ya existía
cuando se empezaba a construir la urbanización residencial Diego Ferré. Pienso
que la decisión del proyectista de plantear que en el diseño de la urbanización
todas las casas que conforman la agrupación sur —ubicada en el límite con la
calle Junín— le den la espalda al barrio de San Francisco no fue la adecuada. Esta
decisión ha generado la presencia de una barrera física que impide la
interacción social entre ambos barrios. Asimismo, ha originado que parte de
esta calle se convierta en un espacio público con signos evidentes de descuido.
Al no existir ningún tipo de flujo peatonal que se relacione con las casas —solo se propuso como vimos en
la parte tres de esta investigación un acceso peatonal que en la actualidad está
clausurado— la calle se convierte en un
espacio sin vigilancia donde todo es posible. La población lo percibe con
facilidad como un lugar propicio para botar basura, como un baño público al
aire libre, etc. Ello origina contaminación visual y ambiental que la padecen las
familias residentes en el barrio San Francisco perjudicando así su salud mental y física debido a la presencia de malos olores,
de insectos, etc. Pienso que el proyectista pudo por lo menos considerar un
ingreso secundario en cada casa para generar movimiento e interacción social en
la calle. Se pudo también, alternar cada dos casas entre el frente y la espalda
de la casa o mejor aún colocar algún tipo de equipamiento que pueda ser usado
no solo por los residentes de la urbanización residencial Diego Ferré, sino
también por los residentes del barrio San Francisco. A la luz del tiempo
transcurrido y de las evidencias observadas puedo inferir que la decisión
tomada por el diseñador —en esta parte de la urbanización— ignoró con su planteamiento al barrio vecino
San Francisco imposibilitando así la tan deseada interacción social entre los
barrios lo que a su vez ha originado el debilitamiento del tejido social en
esta pequeña parte de la ciudad. Este es pues un pequeño ejemplo de como la
ciudad como hecho físico es el reflejo de los prejuicios, intereses y temores
de los profesionales y la comunidad que la genera. Es preciso recordar aquí lo
que Ludeña (2004) nos dice al respecto:
Así como el hombre transforma su
medio ambiente para luego ser transformado por éste, la ciudad expresa en
términos físicos a la sociedad que la produce... La ciudad no solo refleja
especularmente las tragedias o esplendores de una sociedad, sus divisiones
sociales internas o múltiples intereses que existen en ella: la ciudad realiza
también por sí misma la miseria y la fortuna, produce y reproduce las
distancias sociales o las diferenciaciones que imponen los efectos de una
compleja división técnica y social al interior de la producción urbana. (p.29)
En esta misma línea referida al
debilitamiento del tejido social y del tejido físico de la ciudad y —en
palabras de Ludeña— a la ciudad como productora y reproductora de las
distancias sociales quiero hacer referencia a un fenómeno cada vez más presente
en muchas ciudades del mundo y que también se presenta en la urbanización
residencial Diego Ferré de la ciudad de Chiclayo —aunque es preciso mencionar,
que en este caso la responsabilidad del
fenómeno recae en los residentes de la urbanización.
El fenómeno al que hago referencia es el de la apropiación del espacio que
pertenece a la ciudad. Este tipo de apropiación o privatización —atendiendo al
origen de la iniciativa— es denominada por Díaz-Albertini (2016) como la
“Comarca” en referencia a una de las “tres grandes instituciones del Medioevo”
(p.21). —las otras dos eran “el Feudo” y “la Feria”. Los espacios públicos de la
urbanización residencial Diego Ferré han sido privatizados en su totalidad por
sus residentes. El terreno del Estado —expropiado
por la Junta Nacional de la Vivienda— ha pasado a ser “propiedad” de los
vecinos. Han colocado rejas con casetas de control improvisadas en los dos
accesos que eran a la vez vehiculares y peatonales. Han clausurado los accesos de las calles peatonales colocando cercos
de rejas o construyendo una pared de ladrillo. Sin duda estos hechos restringen
de manera evidente la libertad de tránsito de las personas que habitan en los
alrededores de la urbanización generándoles mayores recorridos en sus
desplazamientos por la ciudad con el consecuente dispendio de su tiempo. Diaz-Albertini
(2016) refiriéndose al tipo de privatización del espacio público denominado
como la Comarca nos explica: “la privatización nace del usuario mismo, como
resultado combinado de su mayor sentido de individualismo, el temor a la
inseguridad y el deseo de distinguirse socioeconómicamente…” (p.22). Pienso que
sería de utilidad para la ciudad el indagar acerca de cuál de los tres factores
es el que predominó en la decisión tomada por los vecinos de la urbanización
para apropiarse de este espacio de la ciudad y en base a ello encontrar una
solución al origen del problema. Con relación al mismo tema Diaz- Albertini (2016) esta vez citando a Vega
Centeno nos dice: “La comunidad local se apropia del espacio público
—normalmente parques y calles— excluyendo a los distintos. Impone a la ciudad
un tramado fragmentado y desarticulado, a la vez que genera un sentimiento de
exclusión” (p.22). Es preciso mencionar que esta urbanización no fue
planificada desde el Estado como una urbanización cerrada. Los vecinos en un
acto, a todas luces egoísta, se apoderaron de lo que pertenecía a la ciudad. Considero
que a nivel general es justo y es necesario el liberar las zonas de la ciudad
donde se presentan este tipo de apropiaciones del espacio público resolviendo
de manera inmediata a través del diálogo y el consenso las causas del problema
que origina esta apropiación y favoreciendo de este modo la integración física
y espacial de los barrios vecinos sin la exclusión de alguien por más distinto
que este sea.
Por último, deseo reflexionar acerca
de la capacidad que demostró el Estado para elaborar y ejecutar programas de
vivienda de interés social como el de la
urbanización residencial Diego Ferré. La calidad del proyecto en sí es
innegable —como todo en la vida ha tenido desaciertos, pero considero que son
los aciertos los que se imponen. Si se hace un ejercicio de comparación —a pesar
del tiempo transcurrido y la diferencia de los contextos— de los espacios
urbanos y los espacios arquitectónicos que se ejecutaron por el Estado en la urbanización
residencial Diego Ferré con los espacios urbanos y los espacios arquitectónicos
que se ofrecen en la actualidad para el
mismo nivel socioeconómico por parte del sector privado con la ayuda en la
promoción y financiamiento del Fondo MI VIVIENDA S.A —entidad adscrita al
Ministerio de Vivienda Construcción y Saneamiento en Perú— es evidente que la
calidad de la urbanización y de las casas que se entregó desde la Junta
Nacional de la Vivienda supera —en mi experiencia— por mucho a las urbanizaciones y casas que se entregan en la actualidad desde el
sector privado. Las supera, desde mi punto de vista, en la calidad de los
espacios urbanos, en la calidad del diseño arquitectónico, en las dimensiones de los ambientes de las
casas, en la calidad de los materiales, en la calidad de la ventilación e
iluminación natural y ni que decir en la localización. Muchos de los proyectos
de vivienda diseñados y construidos en la actualidad en el Perú —en especial para las personas de menores
ingresos económicos— están muy mal localizados en las ciudades ya sea por estar en zonas de alto riesgo o en
pendientes inadecuadas o por estar muy
alejadas en la periferia de las ciudades generando a las familias residentes dispendio
de su tiempo y dinero. Una vivienda
social no puede estar mal localizada y no puede generar a las familias más
gastos que ahorros, sino será en el mejor de los casos una vivienda bien
diseñada, pero no una vivienda social que contribuya a que la familia
beneficiaria salga de la situación económica vulnerable en la que se encuentra.
Pienso que es sano el preguntarnos ¿por qué antes se ejecutaban desde el Estado
—con todos sus errores— programas de viviendas de interés social como el de la
urbanización residencial Diego Ferré y ahora eso ya no es posible? ¿Qué es lo que ha cambiado en estas últimas
décadas? ¿Será que cambiaron las leyes
que daban sustento a este tipo de programas? Y si cambiaron ¿por qué se cambiaron? ¿A qué intereses responde el
nuevo marco legal y a quienes beneficia? ¿Será que a alguien le conviene que
las personas con menores recursos económicos sigan malviviendo en lugares mal
localizados generándoles más gastos que ahorros? ¿Será que los recursos
humanos que estaban involucrados en la programación,
formulación, evaluación, ejecución y funcionamiento de los programas de vivienda de interés social
en el Estado hace unas décadas estaban mejor preparados y tenían mayor vocación
de servicio que los de ahora? Estoy seguro que investigando y encontrando las respuestas
a estas preguntas se puede, de alguna manera, hacer planteamientos que
contribuyan a corregir el rumbo y emprender la búsqueda del camino correcto a
seguir para recuperar el nivel de
calidad en la ejecución de programas de vivienda de interés social que se
demostró desde el Estado hace ya más de medio siglo. En esa misma línea,
considero que es pertinente el evaluar de forma periódica todo lo que se ha planificado
y ejecutado desde el Estado en materia de vivienda, si fuera posible, desde el
siglo XX en adelante. Esta evaluación es posible hacerla de manera dependiente
o independiente. Hay que hacerla con convicción. Documentarla. Digitalizarla. Comunicarla.
Esto va a hacer posible en la práctica comparar lo planificado con lo ejecutado
y de este modo determinar si se cumplieron o no los objetivos de cada uno de
los programas de vivienda ejecutados desde le Estado. Además, va a permitir no
repetir los errores del pasado y posibilitar la optimización y adaptación de los
aciertos en los nuevos programas de vivienda de interés social que se ejecuten
en nuestro país. En síntesis facilitará la sistematización de cada una de las
experiencias las que deberán ser compartidas a manera de lecciones aprendidas. De
este modo se podrá ingresar en la
práctica, tal y como lo explica Chamoun (2002), en un ciclo virtuoso de mejora
continua —el conocido Ciclo de Deming— con
sus ya consabidas etapas de planificar (proceso de planeación), hacer (proceso de ejecución), verificar (proceso
de control) y actuar (procesos de planeación adicional y ejecución).
Si usted llegó hasta aquí valoro
mucho su interés y le agradezco el tiempo que reservó para la lectura de este
trabajo de investigación. Deseo despedirme con un fragmento de la parte final de
la introducción de la obra Habitat y logement de J. E. Havel escrita en
París en 1957 que si bien esta referida al problema de la vivienda en
Francia y Europa, tiene plena vigencia en estos días y en esta pequeñita parte
del mundo —como ya se advertía allá por 1964
en la contracubierta de su obra—. Havel (1964) en el referido fragmento se
cuestiona:
¿Por qué nuestra civilización no
tiene las habitaciones y viviendas que corresponden, en calidad y cantidad, a
su grado de desarrollo? Tenemos todas las cámaras fotográficas y todos los
aviones ultramodernos que queramos, y no tenemos las viviendas necesarias. En
las civilizaciones primitivas, llamadas “subdesarrolladas”, casi siempre el
número de casas, tiendas o chozas, concuerda con las exigencias de su nivel de
vida, pero nuestra civilización moderna, pese a la extraordinaria capacidad
demostrada para utilizar las fuerzas de la naturaleza, fracasa en una de sus
tareas fundamentales. (p.8)
Nos corresponde pues estar enfocados —desde nuestro lugar y con nuestras
posibilidades— en hacer todo lo
necesario para salir como civilización de lo que en palabras de Havel
constituye un fracaso.