Todo en la vida va evolucionando con el transcurrir de los
años; la conciencia perceptiva del hombre es un ejemplo de ello. El psicólogo norteamericano James Jerome Gibson “Identifica
trece variedades de “cambios sensorios” de la perspectiva, impresiones visuales
que acompañan a la percepción de profundidad o relieve sobre una superficie
continua y la profundidad de un contorno”(Hall,2003:233).Los pintores de la
edad media dominaban solamente tres de las trece perspectivas (Hall,2003:107). Estas
perspectivas se encuentran en el grupo denominado como perspectivas
independientes de la posición o movimiento del observador y son las siguientes: En primer lugar, la perspectiva
aérea la cual “indica la distancia, pero no con tanta seguridad”. En segundo lugar,
la de continuidad de silueta o contorno que se evidencia en el “modo en que un
objeto oculta (eclipsa) a otro determinando si éste está detrás de aquél o no”.
Finalmente, la de ubicación relativamente ascendente del campo visual en la
cual “la superficie del globo parece subir de los pies al nivel de los ojos. Cuando
más se aleja uno del suelo, más pronunciado es el efecto” (Hall, 2003: 235-237).
Al mirar la Tebaida, pintada por Gherardo Di Jacopo Starnina
en el año 1410, se puede corroborar lo afirmado en el párrafo precedente. En
principio, se hace difícil tener una idea clara de la distancia aproximada entre
los elementos que conforman el paisaje. Asimismo, es evidente el proceso de
ocultamiento; se nos hace muy fácil darnos cuenta que elemento está ubicado por
delante y que elemento está ubicado por detrás de otro. Además, podemos darnos cuenta que
para observar los objetos cercanos dirigimos la mirada hacia abajo y para
observar los objetos lejanos dirigimos la mirada hacia arriba. Sin embargo, es
evidente que el artista medieval aún no tenía el criterio de que el tamaño de
los objetos disminuye con la distancia. En la pintura se puede ver que todas
las personas tienen aproximadamente el mismo tamaño, no importa la ubicación
que tengan en el paisaje. Inclusive, algunas embarcaciones y edificaciones
cercanas se ven más pequeñas que las personas—Esto me hace recordar al aspecto
que tenía el nacimiento o belén que armaban en casa de mi abuela por Navidad donde
usted podía encontrar una gallina más grande que la mula y el buey juntos— Edward Hall explica, basándose en un estudio del arte medieval, que todo
esto se debe a que “el hombre de occidente no distinguía todavía entre el campo
visual (la imagen verdadera en la retina) y el mundo visual, o sea lo que se
percibe. Porque pintaban al hombre no como lo registra la retina sino como se
percibe (magnitud humana)”(Hall,2003:107).
REFERENCIA
Hall, E.(2003).La Dimensión Oculta. México. Siglo Veintiuno Editores
S.A. de C.V.
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